22 noviembre 2018

UNA HISTORIA DE AMOR

Conocí a una mujer que se enamoró de un pez...
Tanto era su amor por él, que se fue a vivir a su mundo, aprendió sus hábitos y costumbres, además conocía algo de su  idioma, el cual se fue haciendo más fluido a medida que lo practicaba en su entorno.

Se sentía feliz a lado de su pez, claro que había pequeñas discusiones de vez en cuando,  como en toda pareja de enamorados, pero ella era realmente feliz.

Antes de conocerlo tenía un trabajo que no le agradaba mucho, no le dejaba desarrollarse y crecer de la forma que ella quería, las personas de su entorno le irritaban, pues había mucha hipocresía y la gente del lugar tenía costumbres que ella no entendía y a las cuales no se acoplaba.

Ella vivía junto a un gran lago, al cual le gustaba ir a meditar de vez en cuando, pensaba que sería de ella si se quedaba en ese lugar, sufría mucho,  hasta que un día sin proponérselo conoció a su pez, era un pez de tierras lejanas que fue a dar una vuelta cerca al lago que ella visitaba, al comienzo ella lo vio con desconfianza, por que aunque conocía su idioma (el del pez) no estaba muy segura de sus intenciones, poco a poco se fueron conociendo y haciéndose amigos, cuando él tuvo que partir continuaron comunicándose a través de cartas y llamadas y el amor entre el pez y la dama fue creciendo.

Y pasó lo lógico, él le propuso matrimonio y llevarla a conocer otros mundos y costumbres, ella aceptó, se casaron en tierras lejanas jurándose amor eterno...
Él, un pez, un atún extranjero y ella una feliz humana adaptándose a su nuevo mundo.
¿Y cómo viven? ¿Bajo el agua? ¿Él en tierra?, tal vez se pregunten... , bueno el verdadero amor lo puede todo.